viernes, 23 de enero de 2009

DIA 22 Salar de Uyuni


A eso de las 10:30 am en una de las incontables Toyotas Burbuja que hay allí, partimos siete argentinos, un boliviano y un colombiano que por supuesto era yo :D hacia el increible Salar de Uyuni, el tour nos tomaría todo el día y veríamos algunos atractivos turísticos como el cementerio de trenes, la isla del pesacdo y el hotel de sal; entre los argentinos venían un par de casposos patos que se la pasaron hablando maricadas todo el viaje y por poco los tiro por la puerta a la mierda, cuando tu visitas un lugar de esos quieres solo contemplar los paisajes del lugar tranquilamente y pues los tipejos estos se la pasaron tirando chistes tontos e incomodando con su rudosa y estrafalaria presencia; los otros eran Vicky y un par de chicos de Buenos Aires y una pareja del Jujuy que es una región del norte de la Argentina, el boliviano que era por supuesto el chofer pero les cuento que mi abuelita pudo haber sido mejor guía porque se la pasó riendose de las tonterías de los otros y que pena ser tan sarcástico pero es la verdad. El salar es una inmensa superficie plana de sal compacta que supera los 12.000 km2 y está situado a 3650 m de altura en el departamento de Potosí y participa en las siete maravillas naturales del mundo, el área que hoy ocupa este desierto, estaba cubierta hace 40.000 años por el Lago Ballivián. El Salar de Coipasa y los lagos Poopó y Uru Uru también son vestigios de este gran lago prehistórico, el salar contiene alrededor de 10.000 millones de toneladas de sal, de la cual son extraidas cada año unas 25.000 y además es el lugar de tres especies de flamencos entre los cuales están el chileno y el andino; sentía algo tan rico dentro de mi, el lugar es alucinante con verdaderos paisajes esotéricos con mezclas de colores y texturas, tomaba y tomaba fotos a su infinidad en donde apenas se podían ver algunas montañas diminutas, después de una hora llegamos al famoso hotel de sal en donde tienes que consumir algo para poder entrar, una botella de agua costaba como 20 bolivianos y la de lola que iba a pagar eso, así que conocí un poco por dentro pero no gaste ni cinco!, continuamos y al medio día llegamos a la Isla del Pescado que es una especie de Oasis en medio del desierto y además posee una gran variedad de cactus gigantes de hasta 10 m de altura, a la hora del almuerzo me tragué todo lo que me ofrecían pues estaba incluido dentro del tour que costó 130 bolivianos (1 USD- 7 bolivianos)´; con Vicky quien fué con quien más conversé nos dedicamos a tomar fotos y entre ellas unas en donde hice algunas posturas de yoga ya que era la convinación perfecta con semejante paisaje!, estuvimos allí por unas 2 horas y me dediqué a caminar por el salar, caminas y caminas y parece como si no avanzaras hasta que de lo muy lejos logras ver las camionetas y la gente diminutos en la inmensidad, llegó la hora de partir y después de unas tres horas llegamos al cementerio de trenes, lugar que alberga gran cantidad de locomotoras y vagones que llegaron en el siglo XIX a Bolivia y que fueron abandonados allí desde 1945 donde fueron convirtiendose en un gran atractivo turístico por su cantidad de oxido e historia, Vicky y yo seguimos con nuestra creatividad fotográfica y ubicabamos el tubo de escape de humo de las locomotoras con las nubes del cielo para dar la impresión de que era real...genial!; regresamos a Uyuni como a las 5:00 pm, en realidad el pueblo es lo que podríamos llamar en Colombia "un cagadero" y pues sin mucho que hacer me quedé sentado en el computador de un negocio hasta tarde, comí hamburguesa boliviana (con huevo frito) y compré otra para mi desayuno al otro día, solo quedaba ir a dormir al hostel y madrugar para volarme de Bolivia como diera lugar y ya les explicaré en la siguiente historia el por qué!

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