Como de costumbre siempre salía tarde a conocer, Pablo había quedado en despertarme para aprovechar el día, eran las 11:00 am y me generó estrés el haber perdido toda la mañana, bajamos caminando hasta una avenida que quedaba a una pocas cuadras de la casa, esperabamos la ruta 10 que va hasta la Colonia Suiza, pasó una media hora y nada! entonces les dije que provaramos con el dedo y pues nos resultó funcionando, el argentino no es el más querido y amable pero no falta al que le dé por pararle a cuatro chicos con aspecto extranjero; después de que varias personas nos dieran el aventón llegamos a la pequeña y mágica Colonia Suiza, inmediatamente uno observa la cantidad de chocolaterías que parecen ser la casita de dulces de cuento de Hansel y Gretel, todo era construido de madera con detalles que le daban definitivamente la apariencia suiza...a diferencia de mis amigos yo me sentía en Europa!, entre a una chocolatería en donde se puede observar el proceso de elaboración del chocolate y quienes me conocen saben que muero por él pero ni modo de comprar...carísimo!!!, caminamos por toda la aldea y en un lugar estaba el Restaurante de Heidi en medio del bosque, era realmente fantástico, Adèlle y Françoise fueron super chéveres y bastante amigables, nos sentamos a comer helado en un tronquito y a deleitarnos con el hermosos paisaje de la aldea con sus bosques, entré con Ute a una tienda artesanal y compré un imán para nevera con una casita de madera hermosa; tomamos el bus y fuimos de nuevo a casa para hacer algo de comer, Ute y yo no conociamos bien el camino, los chicos se habían seguido para el centro y pues nos perdimos, estaba tan enojado y con tanta hambre que creo que hice sentir muy incómoda a Ute y espero que lo haya olvidado, después de haber almorzado bajamos de nuevo a la avenida y tomamos la ruta que pasa cerca al Cerro del Campanario, este cerro se llama así por su forma de campana, allí existe un teleférico pero carísimo entonces los franceses nos contaron de que ellos habían logrado subirlo a pié, realmente era muy alto, comenzamos a subirlo y la tierra ersoionada en forma de polvo nos hacía resbalar, las plantas estabn llenas de espinas que me dejaron con más de una en las manos y como después de casi una hora logramos llegar a la cima, en ese momento no sabía que pensar, lo que estaba viendo en ese momento me hizo estremecer con su maravilla, se lograba ver todo el lago Nahuel Huapi con sus islas y el horizonte, Ute estaba feliz y pues valió la pena haber subido allí, en mi mp3 puse la cancion The Wings del DJ argentino Gustavo Santaolalla que de hecho se parece bastante a mi papá (cosa que me hizo sentir más nostalgia pues en ese momento él acababa de llegar de Costa Rica después de 2 años y estaba reunido con todos en casa), sentía mil corrientazos de sensaciones y emociones pasar por mi cuerpo, cuando escuchaba esa canción siempre me imaginaba estando en la Patagonia, sentía ganas de llorar pero no lo hice en frente de Ute, era tanta la maravilla que permanecimos allí más de una hora contemplando el paisaje, tomabamos y tomabamos fotos para recordar toda la vida ese increible momento, tal vez sería el punto más austral de toda mi travesía si no lograba ir a Puerto Montt (en donde todavía no lograba contactar a alguien), el viento nos golpeaba fuertemente, sentía su energía...fué algo inolvidable!, pensaba en lo grandiosa que era la idea de vivir, me dí cuenta que era el completo dueño de mi vida y que puedo llegar a cualquier lugar si me lo propongo, lo hermoso que es el Planeta Tierra, en lo mucho que había logrado confiar en mi mismo y en haber llegado hasta allí mientras la canción finalizaba llena de sonidos provenientes de la naturaleza como pájaros y otros animales; era hora de bajar pues eran las 7:00 pm y aunque el sol brillaba hacía mucho frío y debiamos ir a la ciudad, la bajada fué realmente divertida, nos tocaba bajar corriendo para no caernos teniendonos de los troncos de los árboles cuando se atravesaban en el caminó, terminé vuelto nada lleno de tierra por todas partes, hicimos dedo de nuevo y conseguimos llegar al Centro Cívico donde entramos a internet a revisar nuestros mail, a comprar más comida y a conocer un poco el comercio de la ciudad pero ya estabamos muy cansados, cuando llegamos a casa nos dimos cuenta de que los franceses se habían ido dejándonos una nota en la puerta pues Pablo les dijo que no se podían quedar más allí ya que llegaban más couchsurfers, cenamos y después Ute y Christof que estaba allí se fueron a dormir mientras yo me quedé escuchando música, de repente prendieron la luz y era Pablo con otras cinco personas de Finlandia y USA y sin ni siquiera saludarme me dijo que a la mañana siguiente me tenía que ir junto con Ute, sin ser prejuicioso ni mal intensionado pienso que era el colmo, el tipo este resultó siendo una de esas personas que solo le importa alojar gente en su casa pocos días acomodándolas como animales para conseguir referencias en su perfil y así poder vanagloriarse (lo digo porque me puso una referencia en mi perfil hablando de una serie de cosas que ni siquiera alcanzó a conocer de mi y al ver que yo no le escribí nada pues me la quitó!!!), no siempre se puede esperar tener buenas experiencias con las personas de la red, era solo entenderlo y punto; me mando a dormir en un pequeño colchón junto con Ute que es bien gorda y pues era de esperar que pasara super mala noche, así que ya comenzaba a cranear que haría al siguiente día, pues debía salir temprano de esa casa como fuera y mirar si me iba a Chile a Puerto Montt, al Bolsón o tal vez pagar una noche de hostel allí, en medio de la confusión me dormí y pues ya seguiría el siguiente día para resolver.
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