Cuando abrí los ojos lo primero que ví a través de la ventanilla eran cantidades de viñedos por doquier, con eso me dí cuenta de que habiamos llegado a Mendoza ciudad con más del 70% de la producción de vinos de toda la Argentina, en medio de un área desertica se extienden hectareas completas de cultivo de uvas, por un momento me dió por pensar en quedarme allí una noche pero quería entrar a Chile ese día; llegamos al terminal de transporte de la ciudad y comencé a preguntar cuanto costaba un boleto en bus internacional hasta Santiago de Chile que queda a solo 6 horas de Mendoza, logré comprar uno por 17.000 pesos chilenos (1 peso ch-4 pesos col), entré a internet y de nuevo me encontré con Ute (como después de cinco veces en todo el viaje), le escribí a Mariusz para avisarle que esa noche llegaría a su apartamento, entré al baño para hacerme el super lavado a punta de pañitos humedos, compré algo de agua y me monté al bus, durante el viaje me fuí pensando acerca de mi actitud tan relajada al dejar Argentina (pensé que me iba a morir de nostalgía), pienso que es un gran país con mucho que ofrecer y conocer (lástima que no haya encontrado allí tanta hospitalidad) pero igual sabía que volvería y tal vez con la idea de vivir allí dentro de mis proyectos académicos a futuro; el bus comenzó a trepar los Andes en medio de montañas de tierra desértica, me sentía emocionado de por fin llegar a Chile, de haber podido recorrer tantos lugares de la inmensidad de este continente, como dice Fernando González "de la tierra del tabaco y de las loras", Amérca Latina posse cosas increibles que uno jamás terminaría por conocer, tantas culturas, tantas ciudades, tanta gastronomía, tanta historia, tantos paisajes!!!, eran las 12 del día y la verdad estaba harto de comer sanduche ventiado, quería comer comida de verdad, aún faltaba bastante para atravesar el paso de Los Libertadores y llegar a Santiago, a mi lado venía una señora chilena muy formal que me dió algunas instrucciones, llené los papeles de migración y como después de una hora llegamos a la frontera; para entrar a Chile hay demasiado control, debes declarar si llevas dentro de tu equipaje o bolsillos algún tipo de alimento de origen animal o vegetal, si no lo haces y te lo descubren en las máquinas, te cobran una multa de hasta 200 dólares!, en mi mochila traía de todo y hacía memoria para recordar si metí allí alguna cosa pero no, pues lo que menos necesitaba era que me multaran en ese momento!, pase mi mochila, mi riñonera, casi me empelotan y más cuando saben que eres colombiano! pf, a un pobre señor de Nueva Zelanda le pillaron un paquetico de pasas, increible...un paquete de pasas te pueden salir en 200 USD! pobrecito :( ; en migración argentina debía sellar el pasaporte y como es típico en Argentina todo lo referente al gobierno esta compuesto por la gente más mierda y petulante que pueda haber, el tipo me va pidiendo la tarjeta andina de migración, yo le respondí que jamás me la habían dado o pedido y que ya había entrado dos veces al país por La Quiaca y por Puerto Iguazu, con su arrogancia y falta de educación simplemente me dijo que debía dejarle constancia de que yo salía de su país, me quito una parte de la tarjeta andina de Chile y la sello para quedársela y de mala gana de puso el sello de salida, me irrite tanto con el hp ese, pasé a la fila de migración chilena y el tipo al menos fué más decente, sin preguntarme absolutamente nada me dejó entrar a Chile, allí tardamos como unas dos horas mientras todo el mundo diligenciaba migración y el control de ingreso, el bus arrancó de nuevo y esa vez ya quería llegar, comenzamos a bajar por los Andes en una carretera fabulosa, comenzaba a notar el desarrollo de Chile con respecto a los otros países latinoamericanos, a las 4:00 pm llegué al terminal de Alameda en Santiago, respiré cuando llegué, después de semejante travesía no había tenido ningún tipo de percance, tomé el metro subterraneo y como me lo indicó Mariusz llegué a Bellas Artes en Santiago Centro, caminé como unas dos cuadras y había llegado a su apartamento en la Av. Mc Iver con Monjitas, cuando me enteré de que no estaba en casa me quería morir, eran las 5:oo pm y estaba rendido y muerto de hambre, afortunadamente la señora de la recepción fué super querida y me dijo que dejara allí la mochila y que me fuera a caminar por ahí, además me indicó en donde podía comprar comida barata y preciso allá fuí a dar, supuestamente una porción de pollo asado con papas fritas a $2150 es barato, multiplicado por cuatro eso son mas o menos $8600 en Colombia...carisimo!!!! con eso podes comerte un almuerzo delicioso en Medellín, ya comenzaba a sufrir con los costos de Chile, realmente es un pais muy caro y debía ingeniármelas para sobrevivir todos esos días allí, después de comer me fuí a dar vueltas a la Plaza de Armas que es bastante bonita, Santiago es la ciudad más limpia y ordenada de todas las que había conocido, el sistema de transporte es excelente, las autopistas, calles y grandes avenidas son excelentes, su sitema de Metro es genial (no tanto como el Metro de Medellín y que pena ser tan regionalista :P), sus grandes edificios y parques llenos de pololos (novios) pololiando (dicese de la manera vulgar, erótica y pública en la demostración de afectos) por todos lados, estas en el Metro y ves parejas a punto de comersen con besos eróticos de esos en donde las babas se chorrean por la cara, en el parque a punto de lo que nosotros llamamos"manguiar" (ya se podrán imaginar :D), en la esquina, en el centro comercial, en el ascensor...en fin en todos lados!, en mi opinión pienso que es sencillamente desagradable pero finalmente son cosas culturales. Eran las 7:00 pm y Mariusz nada que llegaba, después de media hora por fin llegó y en ese momento me presentó a Mike con quien comparte su apartamento, los chicos estos son super cheveres y fueron bastante amables al recibirme, la verdad estaba tan cansado que solo quería dormir pero a pesar de eso dimos una vuelta y caminamos por un lugar repleto de cafés, restaurantes, tiendas, heladerías gay, era un sector muy similar a Chapinero en Bogotá, de ahí nos fuimos de nuevo al apartamento pero un amigo cubano de ellos nos invitó a subir a su apartamento, allí conversamos un rato y a la media noche solo quería irme a dormir y descansar para conocer la hermosa, desarrollada y costosa ciudad de Santiago al día siguiente.
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